Volvemos una vez más a “Voces del Mantenimiento” con una entrevista a Carlos Vázquez, quien ha trabajado en diversos sectores industriales, incluyendo minería, metalurgia y tratamiento de aguas.
Actualmente, se desempeña como jefe de operaciones y mantenimiento en FACSA, una empresa líder en la gestión de agua y medioambiente. A lo largo de su carrera, Carlos ha enfrentado numerosos desafíos técnicos y de gestión que han moldeado su visión del mantenimiento y la importancia de la innovación tecnológica.
Durante nuestra charla, nos compartió su experiencia, sus aprendizajes y cómo la tecnología está transformando el futuro del sector.
Antecedentes: De becario a líder en mantenimiento
Carlos comenzó su trayectoria profesional como becario en Cobre Las Cruces, gestionando el primer inventario de activos y repuestos críticos para las instalaciones de tratamiento de aguas de la empresa. Desde ese momento, su interés por el mantenimiento se consolidó:
“Ese fue mi primer contacto con el área de mantenimiento. A partir de ahí y al ser conocedor de ubicaciones, dar de alta equipos, iniciamos el listado de repuestos críticos, la necesidad de repuestos en almacén, así como la elaboración de las gamas de preventivo, ITM’s incluso ITOP’s, iniciando mi andadura en el proceso” recuerda. Esta experiencia temprana le permitió obtener un conocimiento integral de la operación y el mantenimiento de las instalaciones, lo que, combinado con su enfoque en procesos, le ayudó a dar un salto profesional hacia roles de mayor responsabilidad.
Con el tiempo, Carlos se convirtió en un experto en su campo, coordinando proyectos complejos en sectores exigentes como el metalúrgico, donde la seguridad y la disponibilidad de los equipos son prioritarios.
“El mantenimiento en el sector de la metalurgia es muy exigente, cada minuto de parada implica grandes costes para la empresa y hay que tener en cuenta las condiciones extremas, como trabajar en conducciones de ácido o con electrolito a 65ºC.”
El rol de un jefe de operaciones y mantenimiento
Actualmente, Carlos supervisa el mantenimiento y las operaciones de varias plantas en FACSA. Para él, la clave es una combinación de planificación, ejecución y, sobre todo, cercanía con el equipo. “Lo primero siempre ha sido recolectar los datos e informes de las plantas a mi cargo, no desde el ordenador, sino visitando cada planta antes de la reunión diaria de producción”, afirma. Su enfoque práctico y su insistencia en estar en el lugar de los hechos le permiten entender mejor la realidad de cada planta y guiar a su equipo de manera más precisa.
Además, destaca la importancia de tener “definidos unos buenos KPI’s que de un solo vistazo en dos o tres pantallas máximo te indiquen dónde están los problemas de tu instalación,” y nos explica cómo el uso de herramientas y software de gestión avanzada le ayudan a organizar las tareas en tiempo real, optimizando así el tiempo y los recursos disponibles.
Superar desafíos y lograr eficiencia en mantenimiento
El mayor desafío al que se enfrenta, según Carlos, es la gestión del factor humano. “La máquina de una forma u otra se repara, pero la inteligencia emocional es muy necesaria en este trabajo donde estamos sometidos a mucha presión”, comenta. En este contexto, destaca la importancia de crear un entorno de trabajo donde el respeto y la igualdad sean la norma, asegurando que todo el equipo entienda los objetivos de cada tarea y se sienta comprometido con ellos.
Uno de los mayores problemas a los que se ha enfrentado en su carrera fue la contaminación de una balsa de aguas de calidad con aguas ácidas en un proceso minero. “Lo más destacable fue la implicación humana de todo el equipo para ayudar a ejecutar las tiradas de conducciones, el montaje de bombas dosificadoras y el cambio de bombeos en solo dos turnos, normalizando la situación en menos de 24 horas,” relata con orgullo.
La innovación tecnológica como herramienta de transformación
Carlos es un firme defensor de la incorporación de nuevas tecnologías en el mantenimiento, especialmente cuando se trata de mejorar la eficiencia operativa. Nos cuenta cómo en su primera empresa se desarrolló una IA que monitorizaba equipos críticos buscando patrones y posibles incidencias antes de que se llegase a un correctivo. Además, destaca el impacto de tecnologías IoT en el mantenimiento predictivo: “Se está ganando mucho en el predictivo gracias a dispositivos IoT que se instalan directamente en bombas para llevar a cabo una monitorización en campo y poder anticiparnos a los fallos”.
También nos comenta que en Cobre las Cruces implementaron varias iniciativas tecnológicas para optimizar sus procesos, como la automatización del almacén con códigos de barras y barreras de lectura, lo que ha permitido un control de inventario en tiempo real y una mejor gestión de los repuestos críticos.
Tendencias futuras en el sector del mantenimiento
De cara al futuro, Carlos ve un gran potencial en la combinación de big data e inteligencia artificial para mejorar el mantenimiento predictivo y reducir los tiempos de inactividad. “Creo que existen grandes oportunidades de mejora cuando se llegue a una implantación total del big data como forma de alimentar de datos fiables a la IA,” comenta. También menciona la impresión 3D como una tecnología que revolucionará la disponibilidad de piezas y repuestos, permitiendo una rápida reposición y reduciendo significativamente los costes.
Carlos termina esta charla con una reflexión importante sobre la importancia de la formación continua y la colaboración en el sector: “Animo a todos los que están en el sector a que se formen y desarrollen sus potencialidades, porque es un campo con grandes oportunidades.” Sin duda, su enfoque en la tecnología y el factor humano son un ejemplo de cómo la gestión del mantenimiento puede evolucionar hacia un futuro más eficiente y sostenible.